En el blog
de los compañeros Abuelos Cebolletas, han publicado una entrada bastante
interesante acerca de lo que representa Protección Civil, y que te copiamos a
continuación. El original, lo puedes leer pinchando
en el siguiente enlace. Está redactado por Nieves Guitián, Geóloga y Vicepresidenta de la Federación Europea de Geólogos, además de ser Ex-directora de la Escuela Nacional de Protección Civil. Muchas gracias por la entrada Abuelos Cebolleta:
"La seguridad
de las personas, de los bienes y del medio ambiente, es uno de los pilares
fundamentales del estado de derecho. En muchas ocasiones la seguridad se basa
en la educación del propio ciudadano que, con una actitud responsable, puede
evitar tragedias como los accidentes de tráfico o los incendios forestales.
También la educación es el arma más poderosa de toda sociedad avanzada
para conseguir el respeto de unos hacia otros y cambiar las actitudes
prepotentes o machistas por comportamientos civilizados. Esta base educacional
es la raíz común de problemas aparentemente tan diversos como la seguridad de
muchas mujeres o los accidentes de tráfico.
La
protección civil es una de las ideas más antiguas de la humanidad, pues ya en
Atapuerca, según Bermúdez de Castro, había abuelas que cuidaban de los nietos,
y jugaban un papel muy importante para perpetuar la especie y conseguir mayores
tasas de crecimiento demográfico. Sin embargo, muchas personas sólo saben de la
existencia de la protección civil porque en las fiestas del pueblo o localidad,
ven a unos señores con unos atuendos de colores vivos (naranja y azul) en donde
se puede leer "Protección Civil".
La
Protección Civil es, para entendernos, la gestión de emergencias, pero a mí me
gusta más hablar de protección civil porque en realidad transmite un concepto
mucho más interesante y profundo. En realidad, es la seguridad de las personas,
bienes y del medio ambiente. Seguridad que, en primer lugar, parte de la
prevención, que va ligada a la educación, no podríamos ser evolucionados.
Actuar cuando el accidente o catástrofe ya se ha desatado, no es más que ir a
salvar lo que se pueda cuando ya no tiene remedio. Construir donde puede haber
terremotos sin una norma sismorresistente o con materiales inadecuados; o donde
puede haber riadas periódicamente; o donde existen otros riesgos tecnológicos
que pueden provocar desastres, sin poner las barreras adecuadas, es ante todo,
hacer unas inadecuada política de prevención, la cual culminará necesariamente,
tarde o temprano, en catástrofe, como se ha demostrado muchas veces en la
historia de la humanidad.
Posteriormente
a la prevención, tenemos la planificación, como etapa en la que, conociendo y
valorando los riesgos existentes, debemos planificarlo todo para que, si ocurre
algo, se pueda actuar de la forma en la que se aporte la máxima seguridad a los
ciudadanos y a toda la sociedad, con sus estructuras incluidas. En algunos
casos, hay redes de alerta que ayudan a anticiparse al posible daño.
Siguiendo
con el ciclo, en caso de que ocurriese alguna desgracia, será la fase de
intervención la que disponga de los medios humanos y materiales para mitigar
los daños, con la rehabilitación y reconstrucción posteriores. El 112 que todos
conocemos es principalmente un instrumento para actuar más rápido y mejorar la
coordinación durante la intervención.
Todo eso es
la protección civil. Pero volviendo a la prevención que es la gran clave de la
seguridad de todos, cuando hay concentraciones humanas, como ocurre en fiestas
o eventos, estadios, centros comerciales y demás instalaciones, resulta
fundamental disponer de un plan preparado para prevenir posibles daños. En este
sentido, las administraciones locales deben contar con dispositivos de
prevención. Para ello, se dotan de voluntarios de protección civil, personas
que no perciben retribución alguna por su trabajo para la comunidad, y a los
que todos les debemos tanto.
Muchos
municipios de la Comunidad de Madrid disponen de su sistema de protección civil,
creando además redes de personas que no sólo están ahí para cuando hay un
problema, sino que asesoran en prevención, dan charlas en colegios motivando y
sembrando responsabilidad en los jóvenes y, además, ayudan a instituciones como
albergues sociales, residencias para mayores, hospitales, colegios...a tener
unos planes anti-incendios, a hacer simulacros, etc...En definitiva, ayudan a
mejorar la seguridad de todos.
El valor
económico y social del voluntariado de protección civil es inmenso. Se trata de
personas que conocen bien su zona y que, por su cercanía, pueden actuar con más
rapidez frente a la emergencia. Además, actúan como buenos profesionales en
múltiples circunstancias y, lo más importante, ponen su máximo empeño en que
haya una mayor cultura de la seguridad dada su proximidad a los ciudadanos.
Sirvan estas
líneas para agradecer a los más de 60.000 voluntarios de protección civil que
hay en nuestro país, su magnífica labor de prevención. ¡Cuántas veces no ha
habido noticia gracias a vuestro trabajo!
La educación
para la prevención nos atañe a todos y no nos podemos permitir la pérdida de
ninguna vida por imprudencia o desconocimiento del riesgo. Todos en algún
momento podemos ser voluntarios, inyectando sensatez o manifestando nuestra
convicción en la prudencia y en la madurez como valores a defender en nuestras
acciones.
Nieves
Sánchez Guitián
Vicepresidenta
de la Federación Europea de Geólogos
Ex directora
de la Escuela Nacional de Protección Civil"
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